Después de tan suculenta comida nos pusimos rumbo a Salou, para pegarnos una ducha y prepararnos para la farra nocturna.
Como llevabamos el depésito seco, paramos en Sitges a repostar. Cual fue nuestra sorpresa cuando descubrimos que la batería de mi coche se había ido a la mierda, y nos encontramos tirados en la carretera. Al final (tras casi hora y media) conseguimos reemprender la marcha, aunque ya ibamos tarde para coger el autocar que nos llevaría de farra.
En la foto Sergio revisa los desperfecto del vehículo.
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