Tras atacar con saña el Philadelphia de Carles (si quereis saber que lleva preguntarselo a él), decidimos que iba siendo hora de preparar las mesas en el jardín, mayormente empapelarlas para que no se ensuciaran cuando el nivel alcoholico fuese demasiado elevado.
En la foto podeis ver la evolución de la misma desde la típica mesa de merendero al buffet de las delicias.
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