Como Lorenzo pegaba fuerte, se decidió por mayoría aplastante que debíamos meternos en la primera atracción acuática que encontrásemos, que resultó ser el Tutuki Splash
Bueno, en realidad nos pusimos a la cola durante la hora y media más larga de mi vida. Lo intentamos todo para hacer pasar más rápido, chistes, crucigramas (aún no conocíamos el Sodoku), papirofléxia e incluso hablar del trabajo.
Al final daba tanto el sol, que Roberto tubo que improvisarse un gorrillo.
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