
Como teníamos muchos kilómetros de coche a cuestas, decidimos desintoxicarnos, haciendo parte de la ruta que acompaña al rio. Lamentablemente empezamos la ruta en Poncebos en vez de Caín. Así que en vez de hermosos parajes con saltos de agua, tuneles horadados en la pared de roca para poder pasar y puentes que cruzan a 30 metros sobre el rio, lo que tuvimos fueron piedras y más piedras y unas pendientes de vértigo.

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