martes, 20 de septiembre de 2011

Sin tiempo para recordar

Hola de nuevo,

Hace ya 20 días que no visito este blog, o como diría los castizos de pro, esta bitácora. La razón es simple, pasear la vista por las fotos de mi hija me produce dolor y sufrimiento, pero si reúno la fuerza suficiente y dejo pasar la angustia mi corazón se llena de paz y cariño, los buenos recuerdos que comparto con ella vuelven a mí y me vuelvo a sentir en paz.

Quién sabe, quizás soy un tanto masoquista, pero al fin y al cabo ¿no lo somos todos? Lo cierto es que ese ejercicio de auto flagelación emocional me sirve para combatir mi miedo más grande, olvidarme de la cara de mi pequeña, o por lo menos que sólo la recuerde en sus últimos días, olvidando al pequeño bebé lleno de vida al que Héctor abrazaba en el sofá.


Cuidando de Helena

jueves, 1 de septiembre de 2011

En el fondo de un pozo

Hola de nuevo,

La última vez que me dirigí a todos vosotros era para llorar la pérdida de mi hija Helena, se me fue en la semana más larga de mi vida y aunque tenía pleno entendimiento de lo que iba a suceder, no puedo por más que confesar que me pilló por sorpresa. Sí, por que por más que uno se convenza de lo inevitable de la situación, por más que uno se prepare para el duro golpe y por más que uno se imagine la vida que seguirá cuando ella no esté, cuando al fin llega te sorprende, te sorprende el dolor tan intenso que querrías morir y ir tras ella, te sorprende el vacío que te envuelve, que te engulle y te aisla del mundo, que pone sordina a aquellos que te quieren consolar y comparten tu dolor. Pero sobre todo sorprende esa sensación de no estar allí, de que todo eso le sucede a otro, de dejarse llevar, de ser sólo un despojo, de no tener voluntad.
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